Maniquí pudoroso

Nunca he sido fanático de las chicas Fashion Show, debido a que tienden a ser mujeres bulímico-anoréxicas, impresionantemente flacas, casi esqueléticas al grado que parecen perros parados en dos patas. Pero admiro que sin importar lo estúpida, diminuta o indiscreta que sea la prenda a modelar, la usan sin protestar al igual que lo haría un maniquí. Hace unos días fui a un Fashion Show que superó mis expectativas. En él, encontré hermosas y sobre todo voluptuosas mujeres, algunas usando únicamente lencería lo suficientemente pequeña y transparente como para no tener que usar la imaginación. Pese a las miradas que las desnudaron una y otra vez, esas hermosas chicas se pasearon con comodidad y soltura entre la audiencia. Sin embargo, en el momento en que comenzó la pasarela más de una cámara, sin discreción alguna y ante la incrédula mirada de las modelos, captó con lujuria sus pechos, piernas, nalgas, e incluso varios upskirts. Fue tan hermoso ver a más de una de esas maniquíes de carne y hueso sonrojarse. En días como ese doy gracias a todas aquellas nenas pudorosas que ocultan su sexy ombligo, a las que se tapan el pecho cuando se agachan, a quienes al usar falda tapan su entrepierna mientras se sientan, y a aquellas que sienten vergüenza al hacer el amor con la luz encendida. Sin su actitud reservada, los upskirts no serian tan deliciosos, el voyeurismo no sería tan divertido, y más importante aun… mi morbo no existiría.